Cortázar: Las frases de Rayuela. (Parte 1)
– Hasta el alma le huele a coñac.
– El club sabía que Babs lanzada era Babs catapulta.
– Cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo…
– Sólo el que espera podrá encontrar lo inesperado.
– Su amor por Traveler está hecho de cacerolas sucias, de largas vigilias, de una suave aceptación de sus fantasías nostálgicas y su gusto por los tangos y el truco.
– Estos dos han tenido otro puente entre ellos.
– Hablen de lo que hablen, en el fondo es siempre de mí, pero tampoco es eso, aunque es casi eso.
– Yo soy como el ave cisne, que canta cuando se muere.

– En la oscuridad se besaban en la nariz, en la boca, sobre los ojos, Y Traveler acariciaba la mejilla de Talita con una mano que salía de entre las sábanas y volvía a esconderse como si hiciera mucho frío, aunque los dos estaban sudando.
– Las amputaciones violentas son malas, después te duele el muñón toda la vida.
– Porque en realidad él no le podía contar nada a Traveler. Si empezaba a tirar del ovillo iba a salir una hebra de lana, metros de lana, lanada, lanagnórisis, lanatúrner, lannapurna, lanatomía, lanata, lanatalidad, lanacionalidad, la lanaturalidad, la lana hasta la náusea pero nunca el ovillo.
– Andá a saber si en el fondo no hay que llorar de amor hasta llenar cuatro o cinco palanganas. O que te las lloren, como te las están llorando.
Mil Gracias Cortázar.
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