Os melhores perfumes estão nos menores frascos (Repaso a la cultura portuguesa actual)
En una iglesia redonda, ya ex consagrada, pero todavía con el altar y el órgano, el dúo musical portugués Dead Combo se presenta con trajes negros, medio rasgados y con aire de ultratumba. Entre ellos, el altar y los instrumentos; numerosas flores rojas ambientan el escenario. La música, una mezcla de ritmos de rock, fado y bandas sonoras de westerns americanos, nos deja anclados en la silla y con los nervios a flor de piel.
Fotografía de Iris Distruptiva para Strobe Magazine
Empezaron su periplo cuando surgió en una conversación la idea de homenajear al guitarrista Carlos Paredes, también portugués, allá por el año 2002. Su puesta en escena es rotunda y delirante; sobre todo, en un escenario como fue el de la Round Chapel de Londres.

Dead Combo es uno de los ejemplos del buen hacer del país vecino y que, por unas causas u otras, en España pasan desapercibidos. Puede que sea por nuestra mirada continua a Estados Unidos e Inglaterra, o porque, afortunadamente, tenemos excelentes músicos, artistas y cineastas; pero es muy cierto que Portugal y España han evolucionado de espaldas. Va siendo hora de poner freno a esto y dar oportunidad a esa gran frontera de difuminarse y dejar que la cultura de ambos países se mezcle.
Cultura portuguesa actual – Desde Lisboa, Guta Naki, otra de las bellezas escondidas de Portugal, nos enseña que el proceso de creación es más importante que la propia canción y que poco se puede decir sobre su música, a camino entre lo indie y lo inclasificable… es mejor escucharla. El trio se formó en 2008 y pronto los fichó Meifumado Fonogramas, una productora independiente que, según dicen, tiene la importante misión de sacar a la luz buena música, y que por eso precisamente, estamos todos invitados a ver cómo se hunde el barco. De esta misma discográfica tenemos, entre otros, al sorprendente PZ (y sus croquetas), o a la banda de Hip Hop Mind da Gap.
Si nos adentramos en los pequeños locales de conciertos de Lisboa, con la tenue luz que se merece la música blues; encontraremos al dúo (a veces trío) The Flat Tires. Pasión y buen humor es lo que recibimos de ellos en directo. Se juntaron por diversión y aún continuando con esa tónica cada vez se hacen más visibles por la capital y alrededores.
Podríamos hablar de los clásicos: Amalia, José Afonso, Mariza, Fausto… pero hay mucho que decir de los jóvenes portugueses que buscan un hueco en el entramado cultural nacional e internacional. Cultura portuguesa actual. No solamente en la música. Tenemos, por ejemplo, al grupo de teatro “Marionet” de Coimbra, que desde el año 2000 se esfuerzan por innovar y crear nuevas vertientes artísticas. Actualmente son una asociación cultural con apoyo gubernamental que reivindica no solamente el teatro sino también el arte, la investigación científica y la música. En su haber ya cuentan con 22 piezas de teatro y la organización de diferentes exposiciones y festivales de música.
Imagen por cortesía de Marionet
¿Tocamos el cine? ¿Os suena Tabu de Miguel Gomes? Es un homenaje a la oralidad, a las historias contadas como antes, al cine clásico y a la meticulosidad de los viejos formatos. Podemos hablar también de Pedro Costa, director, documentalista y videoartista. Quizá el más internacional (descontando al centenario Manoel de Oliveira) junto con María de Medeiros, que lleva ya ocho largometrajes además de tener una brillante carrera como actriz y cantante. Su opera prima “Capitanes de Abril” fue seleccionada en el festival de Cannes y premiada en el de Sao Paulo.
Cartel de Capitanes de abril, de Maria de Medeiros
Dentro del mundo del arte hay que mencionar a sus personajes clave:
La vertiente cubista y futurista, entre otros estilos, de Almada Negreiros, representa las mayores ventanas al mundo del arte de vanguardia en Portugal. Se trata de un artista multidisciplinar prácticamente autodidacta. Destacan sus retratos y sus celebradas abstracciones geométricas.
El pescador, de Almada Negreiros
La inquietante visión del mundo de Paula Rego, donde las pesadillas se difuminan con la realidad y una simbología entre fetichista y siniestra no dejan a nadie imparcial. Actualmente, reside en Reino Unido, pero en Portugal está gran parte de su obra. Existe un museo llamado “Casa das Histórias: Paula Rego” en Cascais que además de una buena colección permanente, organiza pequeñas exposiciones temporales con nueva obra o con obra de colecciones particulares.
La guerra (2003), de Paula Rego
Una artista portuguesa que enamora al primer vistazo es la lisboeta Helena Almeida. Sus fotografías son siempre muy íntimas e introspectivas. Exprime conceptos como la individualidad, la necesidad de comunicar y compartir, el onanismo y la impronta del cuerpo en la sociedad actual. Su obra salió a la luz en los años sesenta, de la mano del body art y la performance. Su obra no termina solamente en el revelado de las fotografías, sino que posteriormente las transforma con pintura o collage.
Imagen © Helena Almeida, cortesía de Serralves Foundation Collection, Oporto, Portugal. Inhabited Painting 1975
Ya más metidos en el mercado actual, las fotografías e instalaciones de Juliao Sarmento nos hablan de la mujer, del paso del tiempo y de la despersonalización del mundo. Su obra se aleja del conceptualismo y la abstracción. Se trata de un arte muy directo y cautivador. Se mueve por distintas galerías y centros de arte europeos; en Londres, hace pocos meses tuvo una exposición fotográfica en la galería Pilar Corrías, y hace apenas dos años tuvo una importante incursión en el Matadero de Madrid.
Cultura portuguesa actual
Por supuesto, también hay ejemplos de gente emergente que tiene una invención y garra más que sorprendente. Es el caso del joven Alexandre Farto, o VHILS, como firma su obra callejera. Se trata de un artista dentro del contexto del arte urbano. La ciudad es su templo de inspiración y en sus paredes no solamente pinta; Alexandre escarba en la pared creando rostros anónimos. Su fama llegó cuando un famoso periódico del Reino Unido sacó una de sus obras de las calles de Londres. Se trata sin duda de una de las figuras más relevantes dentro del arte urbano de Lisboa y Londres, ciudades en las que vive intercaladamente.
Artistas de ilustración y cómic como Ana Cortesão, con marcado carácter social y feminista, o Joao Duarte Silva, de temática existencialista, son ejemplos de cómo en un país pequeño, donde es muy difícil difundir tu obra e ideas, se van poco a poco abriendo camino con mediante vías alternativas. (Imagen de Joao Duarte Silva, sacado de su blog)
Esto es solo una mínima parte de lo que nuestros vecinos pueden ofrecernos si prestamos un poco de atención. Como decía Siniestro, “Menos mal que nos queda Portugal”. Y no hay duda de que así es. Si decidís hacer turismo por las ciudades lusas, no dejéis pasar por el Museo Serralves, el Museo Berardo, la Fundación Gulbemkian, la “Casa das Mudas”… y por centros alternativos como el “Chapitó” de Lisboa o “Os maus Habitos” de Oporto.
Portugal fica bem.