CUMULUM es el proyecto más conocido de Luz Darriba; al menos, conscientemente porque algunos de los proyectos de Luz, se recuerdan sin saber que son de su autoría, como el de Señales, por ejemplo, que repercutió en el
cambio de señalética en 26 países del mundo occidental. Muy pocos saben en realidad que este cambio vino de su reflexión, y es necesario poner ese ese dato ahí fuera.
Cumulum pretende inscribirse dentro de unas formas de arte alejadas del consumo, que no puedan poseerse individualmente para que todas y todos dispongan de la posibilidad de gozarlas o rechazarlas, polemizar sobre ellas o participar de las mismas.
Esta frase de la propia artista resume a la perfección muchos aspectos de su producción, pensamiento y filosofía desde el inicio de su carrera, pero sobre todo a partir del año 2000. Ese año, Luz Darriba dio el paso gigante de pasar de una producción artística en formato plástico (pictórico, collage digital, escultura…) a proyectar, organizar y producir macroinstalaciones en lugares emblemáticos de diferentes ciudades.
Mónica Alonso, artista plástica y académica, dijo de este aspecto de Luz que, simplemente, el lienzo se le quedó pequeño.
Este cambio fue premeditado y muy pensado. Después de 10 años viviendo en España y llevando a sus espaldas exposiciones, menciones, premios importantes y ventas notables, pensó que en este país no había referentes en esta tipología artística y que ella sentía la necesidad de crear arte social que perdurase en el imaginario colectivo. Ella podría ser la que abriese la veda… la que abriese mentes y conciencias.
Para ello, revisó sus antecedentes y se propuso partir de ellos para la representación de sus propias ideas.
Luz Darriba vivió y estudió en Argentina. De allí es la pionera de las macroinstalaciones Marta Minujín. Un torbellino con forma humana que poco tiene que ver con la filosofía más calmada de Luz y su sentir en este mundo. Su arte, el de Minujín, imprevisible y siempre moderno, estaba marcando hondamente a la sociedad argentina y Darriba la tuvo entre sus referentes en cuanto a arte público. Luz Darriba es 11 años menor que Minujín y cuando esta empezó a crear obra monumental y participativa, Luz cursaba estudios universitarios más centrados en el desarrollo plástico y en la técnica. Primero cursó Magisterio especializado en Artes Plásticas, después, diversas disciplinas de las Bellas Artes en distintas escuelas nacionales.
En esta entrevista en la revista Praza Pública, Luz Darriba habla de CUMULUM y sus antecedentes.
Desde la facultad, admiraba la capacidad de la ya reconocida artista pop de movilizar instituciones y crear enormes piezas de arte efímero con materiales naturales, orgánicos y/o comestibles. Marta Minujín estaba creando obeliscos con pan dulce que el público podía comer, instalaciones con montones de frutas y verduras… o incluso una escultura de 17 metros del mítico y venerado Gardel que quemó después de su instalación.
En 1983, Luz estaba estudiando en la prestigiosa Escuela Superior de Bellas Artes de la Nación Ernesto de la Cárcova un posgrado en pintura mural. También fue el año que consiguió su primera exposición individual en la ya desaparecida galería de arte Kristel K. Su carrera artística comenzaba al tiempo que Minujín hizo historia con el Partenón de los Libros. Se trata de la obra más querida por su autora y un antecedente importante de CUMULUM. Entre las dos hay 17 años de diferencia y una meditadísima reflexión.
CUMULUM fue uno de varios proyectos que presentó en el ayuntamiento de Lugo y en la Xunta de Galicia. La Xunta de Galicia es la propietaria y responsable de la muralla, mientras que el ayuntamiento es el velador de los jardines circundantes. Normalmente, después de un tiempo de espera, recibía una negativa. Cuando entregó CUMULUM le contestaron a la media hora.
¿Qué había pasado?
Pasaron tres cosas que convirtieron las negativas sin paliativos en un rotundo sí.
- En el año 2000 la Muralla de Lugo estaba nominada para convertirse en Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
- La Unesco tenía abierta una convocatoria desde hacía años que se llamaba “Libros para todos” y que pretendía facilitar libros a países en vías de desarrollo.
- El proyecto CUMULUM implicaba libros y la Muralla romana de Lugo.
La propuesta era simple: Rodear la muralla romana de otra muralla exterior hecha con libros de literatura universal.
La ejecución, evidentemente, fue muy complicada.
Como denuncia la propia artista en su blog, Xunta y ayuntamiento dieron el si al proyecto, pero eso tan solo. Ningún ente público de Galicia contribuyó a la obra de arte, a pesar de que sabían que podía ser un plus muy importante para el impulso de la convocatoria de la Unesco. La falta de seguridad de que el proyecto pudiera llevarse a cabo, la desinformación sobre esta tipología de arte y las reticencias hacia una artista mujer a la que ya le habían rechazado otros proyectos, fueron seguramente algunos de los factores para tomar esta injusta decisión.
El coste de este tipo de instalaciones es enorme y Darriba desechó la idea de financiarlo a través de ventas de otras obras o apelando a más instituciones públicas.
Esta decisión, de la que también habla Mónica Alonso en su entrevista, se debe al carácter del proyecto.
Los fines de la obra eran, por un lado, poner en valor la muralla, y por otro hacer una reflexión sobre el valor del tiempo, el arte y la literatura. Una vez el proyecto fue adelante, la artista fue un pilar esencial para promocionar Lugo para la decisión de la UNESCO. Además, con la donación al proyecto “Libros para todos” Lugo contribuyó a fomentar la igualdad de oportunidades en países en vías de desarrollo.
Se dejó una huella no tangible en la memoria grupal de España en general y de Lugo en particular.
Si tenemos maquetas, si generamos obra paralela, si mostramos los planos del proyecto para su libre reproducción, la huella se convierte en tangible y esa será la imagen de la obra y no el recuerdo de la misma.
CUMULUM fue construida para el pueblo, desde el pueblo, como manda la esencia misma de la idea y de toda la práctica no plástica de Luz Darriba. Fue construida para recordarla y revivir las historias vividas durante su construcción. Los y las que habitaban Lugo en el año 2000 recuerdan la muralla de libros.
Participantes:
- Editoriales de todo el país
- Voluntarias y voluntarios venidos de todo Galicia
- Alumnado y profesorado de colegios, universidades e institutos – Gestión y colocación de libros
- Personas de Lugo – Gestión y colocación de libros
- Presos de 3 penitenciarías de Galicia (Monterroso, Bonxe y Teixeiro) – Embolsamiento de libros
- SEUR – Transporte de libros y material
- Caixa Galicia – Compra de bolsas (Todas ellas llevaron su logo)
- Empresas privadas y donantes anónimos – Aportación económica
Tardó en completarse 9 meses, que fue el tiempo que duró la obra. El proceso formó parte de la misma obra de arte, al igual que todas las experiencias vividas allí, su repercusión en prensa, el impacto en la ciudad, en su política y en su economía… y al igual que la posterior adjudicación del título de la UNESCO de patrimonio de la humanidad; concedido en noviembre.
Cuando se desmontó, los 659000 libros fueron donados a países de Latinoamérica gracias al proyecto “Libros para todos” y Luz fue invitada a crear una instalación en la propia sede de París. Se llamó “Libres avec des livres” y los 10.000 libros que formaron parte de la misma se destinaron igualmente a la alfabetización de comunidades en situación de necesidad.
Fue el principio de su periplo en las macroinstalaciones. Lo había conseguido de la manera más exitosa posible… aunque ella lo recuerda como una época muy difícil y con mucho estrés.
Similitudes y diferencias entre CUMULUM y El Partenón de los Libros:
- Las similitudes son obvias:
- Las dos obras son macroinstalaciones hechas con libros
- Tienen un fondo social, ya que las dos propuestas donaron los libros al finalizar
- Las dos fueron efímeras
- Diferencias en contenido y filosofía:
- El “Partenón de los Libros” tiene un contenido político muy fuerte, ya que está levantado con libros censurados por la dictadura Argentina. Marta Minujín levantó un Partenón, que es el símbolo ancestral de la democracia. CUMULUM es un homenaje a la cultura y al tiempo, los libros, venidos de toda la geografía española, rodean una muralla real de tiempos romanos. Ensalza la importancia del monumento y pone en valor la historia de la literatura universal y sus protagonistas.
- La obra argentina no fue levantada por voluntarios, sino que se planteó y ejecutó para que el público actuase como tal hasta su desmantelamiento. En Lugo, la obra no existiría sin el público, además de que el proceso de ejecución es parte de la misma.
- La propuesta de Minujín tiene un carácter muy lúdico e inmediato, como toda su obra. El Partenón tuvo una duración de 7 días y culminó en un desmantelamiento de la obra donde cada persona que se acercase pudiese llevarse un libro prohibido. Luz, en cambio, de carácter más solemne, hizo de su obra un proceso reflexivo que duró meses. Llenó de experiencias comunitarias el camino e hizo homenaje a los preceptos del arte procesual. La muralla de libros culminó con un arduo trabajo de cuidadosa recogida y posterior logística para la donación de los libros a los más necesitados.
En Lugo hay un antes y un después desde el año 2000. En la carrera de su autora también. Empiezo con este una serie de posts sobre ella.